La respuesta reside en el pH del estómago, ésta diferencia en el pH de los estómagos, hace que para tu mascota sea imposible digerir algunos alimentos que los humanos sí pueden.
Los alimentos caseros de humano son demasiado grasos para que un perro los digiera correctamente; su ingesta puede provocar vómitos, diarrea, obesidad e incluso afecciones más graves como pancreatitis.
La obesidad en los perros puede conducir a una serie de problemas de salud, como enfermedades cardíacas, diabetes y problemas en las articulaciones.
Si damos carne cruda a nuestra mascota le puede generar quistes hidatídicos
Las mascotas que comen dieta BARF (alimentos crudos) tienen más probabilidad de infectarse con las bacterias y parásitos, como la Salmonella y de transmitírselos a su dueño, incluso sin desarrollar ellos mismos la enfermedad podrían ser simplemente portadores de los patógenos.
De este modo, el animal se convierte en un foco de contagio al excretar las bacterias en las heces y depositarlas en el medio ambiente en el que vive, ya que existen riesgos asociados también para las personas que conviven con ellos siendo los más susceptibles de contaminarse los niños, los ancianos y las personas inmunodeprimidas.
Los animales han evolucionado en su alimentación, en su digestión y en su metabolismo, al igual que la especie humana, por lo que este tipo de dieta llamada BARF no es la adecuada para los animales domésticos en la actualidad.
Conclusión: Evitar darles comida cruda o BARF y evitar darle tu comida humana, ni hacerle comida casera, sin el asesoramiento de un Médico Veterinario de tu confianza.
Revisado y publicado por Gabriel Piano